La situación en Córdoba
Las escuelas rurales del departamento Tercero Arriba, a pesar de tener cada vez menos alumnos porque se reduce la población que habita en los campos, siguen constituyendo un núcleo humano importante que mantiene viva una cultura especial: la de la gente que decidió permanecer en la zona rural a pesar de la tentación que significa vivir en los pueblos o ciudades.
El trabajo personalizado del docente con el alumno, la relación directa de los padres con la escuela, la institución educativa como centro neurálgico de reuniones de todo tipo y la docente como esa persona especial, casi equivalente a la autoridad de un pueblo, constituyen ese cúmulo de bondades que identifican a las pequeñas escuelas de campo
Hasta los años ‘80, las escuelas rurales eran verdaderos centros de atención por la gran cantidad de alumnos que albergaban. Después, de la mano del avance de la tecnología que redujo la mano de obra en el agro y la mayor presencia de la soja por sobre la ganadería, el éxodo se fue acentuando hasta dejar casi vacías las muchas casas de campo. Sólo quedan peones, y menos también que antes. Las escuelas no fueron ajenas a ese éxodo. Hoy todas sobreviven, a pesar de tener muy pocos alumnos. La política del Gobierno provincial es no cerrarlas mientras haya algún estudiante que concurra.
Según el área Inspección 3130 de escuelas primarias que tiene base en Hernando y que abarca distintas zonas urbanas y rurales de Las Perdices, Hernando, Tancacha, Villa Ascasubi, Dalmacio Vélez, Punta del Agua, Las Isletillas, y General Fotheringham, la matrícula escolar de las escuelas rurales en esa zona es actualmente de 174 alumnos, distribuidos en 15 establecimientos incluidos los de Punta del Agua, Las Isletillas y Fotheringham que si bien están en zonas urbanas por sus características son consideradas rurales.
Mirta Rostagno de Cherasco, inspectora de Zona 3130, es una ferviente defensora de la ruralidad y permanentemente visita las escuelas a su cargo destacando la calidad educativa y el trabajo en conjunto que allí se realiza. Es común que para determinadas fechas del año se junten las comunidades educativas de distintas escuelas para, por ejemplo, realizar algún acto patrio, como ocurrió en Las Isletillas el 9 de Julio, o simplemente para festejar el Día del Niño, como pasó el viernes anterior en la escuela Narciso de Laprida, de Campo Ojo de Agua, con la concurrencia de cinco escuelas rurales de la zona.
Fuente: La Voz del Interior