miércoles, 17 de septiembre de 2008

“Queremos volver a las raíces”, dicen desde las escuelas de familias agrícolas

Los directivos de las escuelas de las familias agrícolas (EFA) de Misiones buscan alcanzar más fortaleza en la producción y contener a los más jóvenes para que apuesten a las chacras como un estilo de vida confiable y profesional. Desde la EFA San Bonifacio de Aristóbulo del Valle, la rectora Celia Pauluk, fue contundente al indicar que “queremos volver a las raíces, al origen de estas escuelas, ser escuelas agrarias con fortaleza en la producción”.

Allí se están preparando para un gran desafío en puerta: las siete reuniones zonales con los padres de sus 110 alumnos, dispersos desde Campo Viera a Dos de Mayo y 25 de Mayo.
Los agricultores generalmente carecen de ámbitos para formular sus reclamos. Y entonces las reuniones rotativas de los directivos EFA se extienden en espacios propicios para descargar ansiedades.
"En general es muy baja la autoestima de nuestros productores rurales, consecuencia de tantos años de marginación. Eso también se refleja en la invisibilidad social de los jóvenes. El Estado no tiene programas que den contención al joven rural, no tiene posibilidades de emprendimientos ni tienen a quién recurrir", resumió el docente Silvio Cabrera.
Los chicos. Micaela y Lucho Heppner (13) cursan octavo y provienen de colonia El Saltito, a 45 kilómetros de esta localidad. La hermana mayor Yamila (20), está en la facultad en Posadas. Confiesan que para que los jóvenes se queden en la chacra faltan buenos caminos, asfalto, distracción y oportunidades de trabajo. De pequeños ayudan en las labores agrícolas. Y comparando los tratos familiares urbanos con los de su casa, sostienen que les parece malo que los jóvenes del pueblo no obedezcan a sus padres. Ángelo Acuña (14) del mismo curso, viene de Cerro Moreno. Vivaz y claro, cuenta tener dos hermanos y que sus padres trabajan una chacra propia de 17 hectáreas. "No ayudo porque ellos quieren principalmente que yo me dedique a estudiar, ése es mi trabajo" señaló uno de los animadores de los fogones de los jueves, con su guitarra chamamesera.
Desde otro extremo del territorio que atiende la EFA San Bonifacio, en Campo Grande, sobre el kilómetro 10 de la ruta 8, Dalila Wiedner (13), se define hija de una familia de chacareros y ganaderos. "Mis padres aceptan que yo ayude, aunque más en los quehaceres de la casa, mientras mamá hace cosas en la chacra" y aseguró no dejarse tentar por los ruidos y las luces de la ciudad.

Fuente: El Territorio